TEENAGERS: «ya no son tan niños»

Adolescentes en Oudong

El Programa de Continuidad Escolar de Teenagers recibe alrededor de 300 jóvenes al día con el objetivo de mantenerlos centrados en sus estudios y animar a los que los han abandonado a retomarlos. A lo largo del Proyecto, los adolescentes reciben educación, diversión y experiencias, y lo que es más importante, se lo pasan en grande haciendo cosas propias de su edad.

Con edades comprendidas entre los 15 y los 18 años, estos chicos están a punto de abandonar los estudios y de trabajar antes de lo que deberían. La misión de PSE es evitarlo, mantenerlos centrados y motivados para que encuentren un trabajo adecuado que les beneficie a largo plazo. El proyecto está dando sus frutos y eso se nota viendo que cada semana aumenta el número de adolescentes que quieren participar.

«Las actividades tienen que ser complicadas y desafiantes»

Vatana

El mayor reto al trabajar con adolescentes parece ser el mismo para todos los voluntarios. «Lo más difícil es planificar actividades que les parezcan interesantes y atractivas», dice Marie, una voluntaria europea. «Las actividades tienen que ser complicadas y desafiantes para que las disfruten», añade Vatana, monitor jemer. Sin embargo, Marin, un voluntario europeo, considera que este reto se hace más fácil cuando empiezas a imaginarte a ti mismo participando en esa actividad. «Si a mí me gustaría, sé que a ellos les encantará», afirma. Si se aburren con una actividad, perderán el interés por la que venga después. Por eso es muy importante que los voluntarios piensen bien lo que quieren preparar. Calypso, otra voluntaria europea, añade que a veces las actividades no salen según lo previsto porque los adolescentes encuentran una forma diferente de elaborarlas y disfrutan aún más.

Actividades deportivas

Otro reto que se encuentra es el hecho de que el Programa no sólo está pensado para que los niños se diviertan, sino también para que aprendan. Por este motivo, la planificación de este Proyecto es muy específica para cada día de la semana. Mientras que los lunes se realizan actividades en el Centro New Land de PSE, los martes y jueves se pasan fuera de la ONG. Los miércoles están destinados a talleres relacionados con diferentes cuestiones importantes y los viernes son los días de las Olimpiadas, donde realizan actividades deportivas. El proyecto se centra en equilibrar actividades relajantes, educativas y deportivas.

«Estos niños ya no son tan niños»

Salomé

Las actividades de los lunes giran en torno a la educación y la preparación para el futuro. La sala de informática y la cocina están abiertas todos los lunes para los adolescentes, donde aprenden sobre materias escolares, posibilidades de futuro o se inician en la cocina. «Les encanta jugar al fútbol y bailar, pero también son felices haciendo actividades en las que aprenden», afirma Salomé. Cocinar les enseña diferentes valores y, como sostiene Marie, implica mucha disciplina. Otras actividades que realizan están dirigidas a entrenar su inteligencia emocional, haciéndoles pensar en su futuro y en qué sueños quieren perseguir. Este tipo de actividades son fáciles de realizar con adolescentes porque, como afirma Salomé, «estos niños ya no son tan niños».

Visita al Templo

Los martes y jueves, los adolescentes van a lugares como el lago, el cine, la montaña, templos, el museo, etc. Todas las actividades programadas están destinadas a que tengan una visión más amplia de la cultura de su país, así como a ampliar sus horizontes. A los adolescentes les encantan estas actividades ya que para algunos de ellos es la primera vez que visitan ciertos sitios. Gracias a estas salidas, los chicos aprenden y aprecian formas sanas de divertirse y pasar su tiempo libre, alejados de las drogas, el alcohol y otras cuestiones que puedan suponer un peligro para ellos.

“Son chicos muy curiosos, con ganas de saber y aprender”

Calypso

Al visitar un museo o un templo como el de Oudong, Calypso se asombra de cómo se implican los adolescentes. Explica que, por lo que recuerda de su adolescencia, los museos y las visitas culturales no le emocionaban. «Estos adolescentes son diferentes, están muy intrigados, toman notas y hacen preguntas. Son chicos muy curiosos, con ganas de saber y aprender», afirma. Cuando fueron al Club de Campo, como era algo totalmente nuevo para estos niños, se quedaron completamente fascinados. Estas salidas también les sirven para evadirse de sus realidades, para desahogarse y relajarse un rato.

Actividades en New Land

A estos niños les falta mucha educación básica sobre asuntos importantes.

Los talleres son una actividad muy especial y esencial para los adolescentes, por eso los reciben todos los miércoles. Cuestiones como la higiene dental, las drogas y el alcohol, la sexualidad, los primeros auxilios o el medio ambiente son algunos de los temas que abordan. La mayoría de los talleres reúnen a todo el grupo, pero otros requieren separación. Sexualidad es un taller en el que se separa a chicos y chicas para centrarse en lo que es importante para cada género. Las enfermedades de transmisión sexual, el ciclo menstrual o el uso de preservativos son asuntos muy importantes para estos chicos a su edad. A la mayoría de ellos nunca se les había hablado de estos temas, por lo que sus conocimientos eran inexistentes. Les encanta escuchar, y los voluntarios coinciden en que, a juzgar por sus caras, a estos niños les falta mucha educación básica sobre asuntos importantes.

Tras los talleres, las actividades previstas para ese mismo día están orientadas a la buena comprensión de los temas que se han tratado. «Estas actividades les permiten poner en práctica lo que han aprendido. Primero escuchan y después llega el momento de pensar», explica Augustin, instructor europeo. «No queremos que se limiten a disfrutar de las actividades sin aprender nada», dice Somnang, instructor jemer. Con esta iniciativa, los adolescentes también sienten la confianza que podrían necesitar para compartir sus problemas y dudas. «Durante estas actividades mantenemos con ellos una especie de relación de hermanos mayores, y funciona», considera Somnang.

El día que les impartió un taller sobre el medio ambiente, una de las actividades fue separar la basura según los distintos materiales, para aprender sobre reciclaje. Otra fue recoger la basura de todo PSE. Después del dedicado a las drogas y el alcohol, los adolescentes tuvieron que preparar una representación teatral basada en la pregunta «¿Cómo reaccionarías si vieras a un conocido consumiendo drogas?». Algunos chicos ya han pasado por esta situación, pero a los que no, les ayuda a prepararse.

Adolescentes y monitores

Debido a la corta diferencia de edad en este grupo entre voluntarios y adolescentes, les resulta fácil establecer conexiones. «Poder bromear hace que sea más fácil crear vínculos con estos chicos», señala Marín. Reciben apoyo y clases de inglés durante todo el Programa, por lo que voluntarios y adolescentes llegan a intercambiar mucho sobre sus vidas. Parecen muy interesados en conocer la vida de los monitores. «Se nota que quieren abrirse», observa Marie.

«Un amigo, pero también una figura de autoridad».

Marin

Los monitores consideran a estos adolescentes buenos oyentes y participativos, deseosos de participar en todo lo que se planifica para ellos. Por otro lado, Panha, monitor jemer, aclara que a fin de cuentas son adolescentes hormonados, lo que significa que a veces escuchan y a veces no. Aquí es donde los voluntarios tienen que dar un paso adelante. Marin describe el papel de monitor en este Proyecto como el de “un amigo, pero también una figura de autoridad”. «Hay que llevarse bien con ellos y divertirse, pero también hay que ponerse serio cuando un chico se pasa de la raya», explica.

Visita a la Pagoda

En este proyecto, los adolescentes han demostrado que dan prioridad al bienestar de los demás antes que al suyo propio. Les encanta compartir todo lo que tienen y enseñar su idioma a los monitores europeos, para poder intercambiar más con ellos. «Los adolescentes son atentos, curiosos y cariñosos», como los describe Joselu, uno de los coordinadores europeos, y añade que tienen un comportamiento impecable para su edad. El Proyecto Adolescentes ha resultado ser un verdadero intercambio para todos los participantes.  «Todo lo que les das, te lo devuelven con creces», concluye Calypso.

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