TAK MAO: Un paraíso para la infancia – financiado por BCG

Juegos en Tak Mao

El Programa de Continuidad Escolar de Tak Mao tiene una misión muy especial con los niños. Este Centro de Servicios Comunitarios (CSC) está muy cerca de un vertedero donde muchas familias trabajan para cubrir sus necesidades básicas. De la misma manera en la que PSE comenzó hace 25 años, este proyecto tiene el objetivo -entre otros- de rescatar la infancia de los niños cuyo pasatiempo es recoger basura en el vertedero.

«Es importante enseñarles la importancia del trabajo en equipo»

Jack

Este precioso y amplio CSC recibe una media de 80 niños de toda la zona para participar en el Programa de Continuidad Escolar. Describiéndolo como un lugar auténtico, alegre y tranquilo, los trece monitores jemeres y los cinco europeos se dejan la piel para cuidar de estos niños y enseñarles los valores que necesitan para un futuro feliz. Una de las cosas más importantes que aprenden los niños durante el Proyecto es el trabajo en equipo. «Estos niños son muy independientes y suelen realizar actividades individuales, por lo que es importante enseñarles la importancia del trabajo en equipo», explica Jack, un voluntario europeo.

Recogida de los niños

Hay algunos niños que viven cerca del CSC y van andando todas las mañanas. Sin embargo, cerca del vertedero hay muchas familias que no tienen acceso a un vehículo para llevar a sus hijos. Por eso, cada mañana, la misma furgoneta que lleva a los voluntarios de PSE Central a Tak Mao, recoge a unos 30 niños de sus casas. Kim, un voluntario jemer, se sube a la furgoneta para buscar a los niños si no están esperando junto a sus casas y que no se pierdan ese día. Del mismo modo que se les recoge por la mañana, se les deja por la tarde. Semanalmente, otros voluntarios se unen a este paseo para ver dónde viven los niños, conocer a sus familias y hablar con otras nuevas sobre PSE.

Aumentar el impacto que pueden tener, para llegar a más familias y, en consecuencia, a más niños.

Gracias al Equipo de Servicios Sociales de PSE, el número de niños que son recogidos diariamente ha aumentado notablemente. Junto con otros proyectos, el Programa de Continuidad Escolar de Tak Mao ha empezado a trabajar estrechamente con el Equipo Social para aumentar el impacto que pueden tener, llegar a más familias y, en consecuencia, a más niños. «El Equipo fue a hablar con algunas familias por la mañana y, a mediodía, una madre trajo a sus seis hijos al CSC en moto y dijo que tenía seis más en casa. Fue entonces cuando decidimos coger la furgoneta y recoger a estos niños. En sólo un par de horas, gracias al Equipo Social, 15 niños más se habían incorporado al Programa», señala David, uno de los coordinadores europeos.

Comedor de Tak Mao

«Hacer felices a estos niños, enseñarles el amor y el respeto y mostrarles lo importante que es cuidarse los unos a los otros».

Maialen

El papel de los monitores durante estas semanas es, como lo describe Maialen, una voluntaria europea, «hacer felices a estos niños, enseñarles sobre el amor y el respeto y mostrarles lo importante que es cuidarse los unos a los otros». Algunos niños de Tak Mao hacen de canguro, limpian y trabajan en casa, pero durante el Proyecto pueden ser simplemente niños. «El objetivo es que se olviden de esas cosas y se diviertan, como niños que son», añade Carmen, monitora europea. Está asombrada con las sonrisas radiantes que lucen los niños durante todo el día, vengan de donde vengan.

Los niños que asisten a este proyecto tienen entre seis y catorce años. Los kroms -equipos- se forman en función del rango de edad, con el fin de adaptar algunas actividades a sus capacidades. Estas actividades son temáticas cada semana, basadas en asignaturas como matemáticas, geografía o historia y en materias como medio ambiente o trabajo en equipo. De esta forma, además de divertirse, los niños continúan con el aprendizaje que reciben durante el curso escolar. Marta, la otra coordinadora europea, propuso poner en marcha un huerto. Niños y voluntarios han comenzado a plantar semillas que -según lo acordado con los profesores que trabajan en el CSC durante el curso escolar- serán regadas y cuidadas a diario por los alumnos.

Equipo de Tak Mao

«Es nuestra responsabilidad como voluntarios hacer que se sientan protegidos y disfrutar de este tiempo igual que ellos, ser un ejemplo»

Rajesh

El CSC, rodeado de bambú, resulta un lugar cálido y acogedor perfecto para estos niños. Es  el entorno más seguro para que se relajen y disfruten con otros niños. «Los niños necesitan sentirse seguros y divertirse, y es nuestra responsabilidad como voluntarios hacer que se sientan protegidos y disfrutar de este tiempo igual que ellos, ser un ejemplo», señala Rajesh, el coordinador jemer. Los niños pasan la mayor parte del día en el Programa Tak Mao, durante las semanas que dura, por lo que funciona como un segundo hogar para ellos.

Todas las mañanas, al llegar, los niños desayunan, se pasa asistencia, cantan y bailan para calentar para el día lleno de actividades e izan la bandera junto con el himno camboyano. Después de comer y antes de echarse la siesta, todos los niños se lavan los dientes y se duchan para adquirir los buenos hábitos de higiene personal.

“Política sin prisas”

David

Como en la mayoría de los Proyectos, hay días especiales en los que, en lugar de las actividades normales, tienen eventos como Feria, Gymkhana, Fiestas con Agua y Olimpiadas. Al preguntar a Reaksmey, un niño de once años, cuál es su actividad favorita, se puede ver cómo le brillan los ojos mientras habla de las Gymkhanas y las Fiestas con Agua. David describe este proyecto como muy flexible, “con una política sin prisas”. Esto significa que, si los niños están disfrutando mucho de una actividad, los voluntarios alargarán la duración de la misma y adaptarán el horario para el resto del día. Así se anima a los niños a que hagan saber a los monitores qué es lo que más les gusta.

Niños jugando

Los niños y los voluntarios tienen una conexión muy buena: los niños escuchan a los monitores y los monitores escuchan a los niños. Los viernes se les pregunta por sus opiniones y sentimientos sobre la semana, lo cual les da la oportunidad de hablar y expresar sus emociones. Los niños son muy colaborativos y participan con entusiasmo en el juego de limpieza que se lleva a cabo una vez al día para mantener el CSC limpio.

Se da y se recibe mucho amor.

En conclusión, aunque el mayor reto de este proyecto es mantener la asistencia y no perder a los niños por alternativas peores, los voluntarios están haciendo un gran trabajo. Consiguen mantener a los niños a salvo, darles cariño, ayudarles a disfrutar y hacer que se sientan importantes. Aún queda trabajo por hacer con estas familias, pero paso a paso se está marcando una diferencia. Es evidente que en el Proyecto de Tak Mao se da y se recibe mucho amor.

Gracias a BCG por financiar este Proyecto.

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