Hablamos con el principal artífice de la Operación Kanbonna: Dr. Xavier
Santos Heredero —cirujano plástico del Hospital Universitario HM
Montepríncipe y Profesor de la Universidad CEU San Pablo—, para
conocer las claves de la aventura española del pequeño camboyano.
¿CÓMO SUPISTE DE LA EXISTENCIA DE KANBONNA?
Ocurrió a través de Natalia, enfermera del Medical Team, quien en el aeropuerto
entabló conversación con un turista de origen camboyano —había huido de su
país durante el periodo de los jemeres rojos y regresaba después de cuarenta
años— que descubrió a Kanbonna cuando visitaba su poblado. Éste, sabiendo
que se encontraba ante un equipo médico español, mostró a Natalia la foto del
niño por si pudieran hacer algo por él.
Inmediatamente nos conmovimos, un nevus así en un país con una cultura como
la camboyana era un estigma: ¡Kanbonna estaba condenado a la marginación! O
como indicó su madre, Hun, en una entrevista anterior: “todo se debe a que algo
muy malo hemos hecho en una vida pasada”. Ella estaba muy asustada, ya que
había visto como otros niños en una situación similar habían acabado
suicidándose.
Propuse entonces a Marisa —Presidenta de PSE España— el proyecto, quien lo
acogió con enorme entusiasmo. Del mismo modo, lo presenté a Hospitales Madrid
(HM) Montepríncipe, quienes me mostraron desde el primer minuto su respaldo
absoluto. Es entonces cuando comenzó la Operación Kanbonna.
Una vez que, desde Camboya, Mónica y Pablo gestionaron los permisos y visados,
nos quedaba únicamente encontrar dónde alojar a madre e hijo en Madrid. Se
valoró la posibilidad de solicitar la ayuda de un hotel, lo que podría suponer
dificultades logísticas —en un entorno así, ambos permanecerían la mayor parte
del tiempo solos durante tres meses—. Nos pusimos entonces en contacto con
Cristina Laorden —responsable del voluntariado en la Universidad CEU San
Pablo—, quien se ocupó personalmente de hablar con la Residencia Materno-
infantil de la Obra Social Ascensión Sánchez donde madre e hijo encontraron
rápidamente las puertas abiertas. Esta residencia acoge a madres con niños en
edades tempranas y era perfecta para este caso: la residencia ha constituido
realmente un hogar para ellos.
¿EN QUÉ HA CONSISTIDO EL TRATAMIENTO MÉDICO?
Kambonna padecía una malformación congénita, un tumor benigno de la piel. Éste
puede evolucionar a maligno en un porcentaje bajo, pero en este caso el problema
no era tanto médico como de índole social: sabía que de eso no se iba a morir,
pero que estaba condenado a una vida muy dura.
El principal problema no era quitar el tumor, sino cubrir de manera estética el
lugar que ocupaba éste. Afortunadamente, en cirugía plástica hay una serie de
técnicas que nos ayudan a solventar estas situaciones. En la primera
intervención, lo que hicimos fue colocar unos expansores —una especie de globos
que se colocan bajo la piel en zonas cercanas a la lesión, que se van hinchado
poco a poco con suero, de forma que una vez estirada la piel, ésta sirva para
cubrir la zona donde se realice la extirpación—. El proceso de expansión de la piel
duró cuatro semanas, yo iba a la residencia semanalmente a hinchar con suero los
expansiones y cuando tuvimos un volumen suficiente, le volvimos a operar. En la
segunda operación, se quitó el tumor y se trasladó la piel estirada para reconstruir
la nariz y mejilla. La tercera intervención consistió en remodelar esa piel que se
había trasladado, para que quedase lo más natural posible, es decir, hacer un
refinamiento del proceso. Finalmente, hemos conseguido quitarle el 99% de la
lesión, le ha quedado una pequeña zona en el borde del párpado, pero hemos
decidido no extirparlo debido a que hubiera acarreado muchas complicaciones y
el resultado estético hubiera sido peor.
¿CUÁL HA SIDO EL MAYOR RETO?
El reto que tenía este caso era el tiempo: había una fecha de salida determinada,
estos procedimientos en España se hacen con retoques a largo plazo, pero no
podíamos hacerlo en el caso de Kanbonna.
El segundo reto era que no podía haber complicaciones derivadas de las
intervenciones: si se infectaba o produjera un hematoma, por ejemplo, hubiera
retrasado todo el proceso y no hubiéramos llegado a tiempo.
Todo ello ha supuesto un estrés añadido, porque si algo fallaba y se alargaba:
¿qué podíamos hacer? ¿Enviar a Kanbonna de regreso a Camboya con el
procedimiento incompleto? Afortunadamente no ha habido ninguna complicación
y hemos conseguido acabar en el plazo establecido.
LA OPERACIÓN KANBONNA HA FUNCIONADO COMO UN ENGRANAJE
PERFECTO, ¿QUÉ PAPEL HA TENIDO CADA PIEZA DEL MISMO?
Todas las piezas han sido fundamentales:
•
La asistencia legal desde Camboya con Mónica y Pablo. Y la confianza que
generaron en Hun, a través de su cariño, antes de partir a España.
•
HM y en concreto el HM Montepríncipe, que es el hospital donde trabajo. Se
han volcado a nivel institucional: nos han dado habitación —hubiera o no
hubiera disponibilidad suficiente en el área infantil— y han asumido todos los
costes —son tres cirugías y ello tiene un alto precio—. Pero para mí, quizá no
importa tanto el aspecto económico sino cómo se han volcado, desde la
dirección del hospital hasta el personal de enfermería: ¡Kanbonna es famoso en
todo el centro, todos le conocen y le quieren. Y debo agradecer especialmente
la generosa y activa colaboración durante todo el procedimiento de la Dra.
Beatriz González Meli —cirujana plástica pediátrica—.
•
Por otro lado, la Universidad CEU San Pablo ha hecho una labor fundamental
localizando la residencia: ¡la gestión de Cristina ha sido fabulosa!
•
En cuanto a la atención del niño, Belén y Antonio ¡qué decir de ellos! Han sido
el segundo padre y madre de Kanbonna: acompañándolos en el hospital, la
residencia y en algunas salidas lúdicas. Natalia, la enfermera que descubrió el
caso, quien ha cambiado turnos para poder per-manecer junto a Kanbonna las
noches posteriores a cada una de las intervenciones ¡ha sido excepcional! Los
voluntarios que les han visitado e incluso llevado a excursiones —Zoo de Ma-
drid, eventos de PSE, etc.—. Ale y Sitthy, que han realizado una labor muy
importante como intérpretes y de acompañamiento. Y, sobre todo, la
Residencia Materno Infantil Ascensión Sánchez, quienes han sido una familia
para ambos y les han ayudado en todo lo que estaba en su mano, 24 horas los
siete días de la semana.
•
Y finalmente, el incondicional apoyo de Marisa como presidenta de PSE
España, sin este res-paldo institucional no hubiera existido la Operación
Kanbonna.
¿CÓMO SE HAN ADAPTADO MADRE E HIJO A LA NUEVA SITUACIÓN
DURANTE TODO EL PROCEDIMIENTO?
La adaptación ha sido paulatina aunque rápida. Hun estaba muy asustada y, aún
así, ha mostrado un gran coraje al aceptar venirse con unas personas
desconocidas que un día le plantearon viajar al otro lado del planeta para tratar de
quitar la mancha a su hijo: esto solo se hace por amor, en este caso por amor a un
hijo.
Es curioso como el ser humano se va adaptando. Ella ha visto durante semanas
como toda la gente que les rodeaba se ocupaba de ellos y se desvivían en
atenciones. Ha tenido confianza ciega en toda la gente que les ha rodeado. En
cuanto al niño, ¡nos ha conquistado a todos! Es listo y tremendamente simpático,
los últimos días nos decía “Kanbonna guapo”, que era lo que más ha debido de oír
a los que le rodeaban. ¡Estamos todos enamorados de él y le vamos a echar
mucho de menos!
¿QUÉ VA A SUCEDER UNA VEZ VUELVAN A CAMBOYA?
Si viviera aquí, el protocolo sería verle cada quince días, pero como no es así, le
daré instrucciones al Dr. Sarath, médico de PSE Camboya. Por este motivo, quería
retrasar su marcha lo máximo posible, allí va a regresar a las duras condiciones de
su entorno, más proclive a las infecciones. Este verano le veré allí cuando me
desplace con el Medical Team durante el desarrollo del Programa de Continuidad
Escolar y podré hacerle una revisión.
VIENDO TU GRADO DE IMPLICACIÓN CON PSE, ¿QUÉ OTROS PROYECTOS TE
PLANTEAS COMO COORDINADOR DEL MEDICAL TEAM?
Como coordinador, ampliar este proyecto, no solo en la parte de atención a los
niños y a nuestros voluntarios —¡el año pasado fuimos siete y este verano
seremos veintiuno!—, sino con una nueva vertiente de estudio socio-sanitario de
las condiciones en las que viven los niños —ver si tienen problemas con el agua,
con la gestión de las basuras, con la cercanía del basurero, con la alimenta-ción, si
tienen asistencia sanitaria, etc.—. Tenemos el objeto de crear una base de datos
de dichas condiciones y, al año siguiente, desarrollar talleres con las familias
tratando de aportar soluciones —no hacer fuego dentro de la casa, explicar la
higiene básica, precauciones con el agua, etc—. En definitiva, dar un paso más, no
sólo con los niños, sino con las familias y sus entornos.
Por otro lado, espero que Kanbonna no sea el primero de los casos a los que poder
traer y ayudar. Es una línea de trabajo bonita, no soy partidario de traer pacientes
que puedan ser atendidos en su entorno, sino sólo los casos en los no haya una
solución posible en Camboya. Y no sólo de mi especialidad, estoy seguro de que
los HM respondería con especialidades como traumatología, cardiología, etc.: se
ha abierto el camino.
Por la Sonrisa de un Niño quiere agradecer a todas la personas y
entidades que ha colaborado junto con el Dr. Xavier Santos en ofrecer
un nuevo futuro, lleno de esperanza, al pequeño Kanbonna.
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